UN DOCUMENTAL HISTÓRICO SOBRE EL PAPEL DE LA MUJER EN EL MUNDO RURAL
Camino Roya: Diario de Rodaje
Camino Roya: Diario de Rodaje

Mientras seguimos dando los últimos retoques a Camino Roya, queremos compartir los detalles de este proyecto tan especial, que hacemos con apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y la colaboración del Ayuntamiento de Estepa. Camino Roya habla de Remedios, una chica que estudió (brillantemente) una carrera, se fue al extranjero con una beca y estaba pendiente de incorporarse al mundo laboral como tantos otros jóvenes, fuera de España.

Pero un día descubrió que su destino no estaba en la ingeniería, ni en la gran empresa que quiso ficharla, ni en la fría Polonia o en algún otro país. En su pueblo, #Estepa, algo la atrapó o, más bien, la mordió. Fue Mordisquitos, una cabra que la enganchó para siempre. Y supo que no necesitaba estar en ningún otro sitio para aspirar a ser feliz.

Entre ordeño y pastoreo, organizó su boda y actualmente planea ser madre junto a su pareja, Rosario. Gestiona una explotación de 500 cabras, aplicando sus conocimientos de ingeniería para fabricar “inventos”, mientras sueña con montar una quesería.

La cartografía de su vida es un mapa de ida y vuelta, que nace y concluye en Camino Roya, su lugar en el mundo.

Amanece en Estepa y el trabajo de Remedios en Camino Roya empieza temprano. Hay que preparar todo para el ordeño. La limpieza y el cuidado de los animales es fundamental. Todas tienen nombre: Sherezade, Mordisquitos, Stevie… Son su familia animal. Les dedica su tiempo y su creatividad. La ingeniería le ha servido para diseñar “inventos” que facilitan las condiciones de los animales. Su sueño es montar una quesería artesanal.

Recorremos con Remedios las calles de #Estepa, su pueblo, donde nació y estudió. Desde pequeña le gustaban los animales, pero nunca pensó que terminaría siendo ganadera, aunque tenía un precedente en su abuela materna, Carmen, que siempre ha sido su inspiración. “Se supone que el ganadero era mi abuelo, pero ella era la que ordeñaba las cabras más difíciles, llevaba su casa, a su hijo, hacía el queso…”

Camino Roya, realizado con apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y la colaboración del Ayuntamiento de Estepa, habla de las dificultades que Remedios ha tenido que afrontar, por ser mujer y joven. Aunque tiene ayuda, ella es la titular de la explotación: es la jefa.

“Yo siempre digo que por ser mujer y ser joven no se es menos profesional. Y muchas veces sí que la gente lo duda y han intentado dirigirse a un hombre si yo estaba acompañada. Cuestionarse si de verdad soy yo la que trabaja y lleva mis animales”. “Tienes que demostrar más de lo que a cualquier hombre se le presupone. Demostrar que de verdad valgo, que llevo los animales y que las mujeres podemos hacer este trabajo, por supuesto que sí”.

“Cuando se fue a Polonia, yo no esperaba que volviera. Nadie lo esperaba. Porque de los que se van, muchos no vuelven”. El padre de Remedios recuerda que a ella le gustaban los animales desde pequeña, pero después de invertir tanto esfuerzo en los estudios, le sorprendió que decidiera dejarlo todo para dedicarse a esto.

“Algunas veces me he planteado cómo hubiesen sido las cosas si hubiese aceptado aquella oferta de trabajo que tuve en Polonia. Pero luego realmente lo pienso y probablemente mi vida hubiese sido más fácil, pero no más feliz”.

Desde Estepa, junto a Rosario, planea una vida en común, con las cabras y con los hijos que esperan tener.

Mientras seguimos dando los últimos retoques a Camino Roya, queremos compartir los detalles de este proyecto tan especial, que hacemos con apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y la colaboración del Ayuntamiento de Estepa. Camino Roya habla de Remedios, una chica que estudió (brillantemente) una carrera, se fue al extranjero con una beca y estaba pendiente de incorporarse al mundo laboral como tantos otros jóvenes, fuera de España.

Pero un día descubrió que su destino no estaba en la ingeniería, ni en la gran empresa que quiso ficharla, ni en la fría Polonia o en algún otro país. En su pueblo, #Estepa, algo la atrapó o, más bien, la mordió. Fue Mordisquitos, una cabra que la enganchó para siempre. Y supo que no necesitaba estar en ningún otro sitio para aspirar a ser feliz.

Entre ordeño y pastoreo, organizó su boda y actualmente planea ser madre junto a su pareja, Rosario. Gestiona una explotación de 500 cabras, aplicando sus conocimientos de ingeniería para fabricar “inventos”, mientras sueña con montar una quesería.

La cartografía de su vida es un mapa de ida y vuelta, que nace y concluye en Camino Roya, su lugar en el mundo.

Amanece en Estepa y el trabajo de Remedios en Camino Roya empieza temprano. Hay que preparar todo para el ordeño. La limpieza y el cuidado de los animales es fundamental. Todas tienen nombre: Sherezade, Mordisquitos, Stevie… Son su familia animal. Les dedica su tiempo y su creatividad. La ingeniería le ha servido para diseñar “inventos” que facilitan las condiciones de los animales. Su sueño es montar una quesería artesanal.

Recorremos con Remedios las calles de #Estepa, su pueblo, donde nació y estudió. Desde pequeña le gustaban los animales, pero nunca pensó que terminaría siendo ganadera, aunque tenía un precedente en su abuela materna, Carmen, que siempre ha sido su inspiración. “Se supone que el ganadero era mi abuelo, pero ella era la que ordeñaba las cabras más difíciles, llevaba su casa, a su hijo, hacía el queso…”

Camino Roya, realizado con apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y la colaboración del Ayuntamiento de Estepa, habla de las dificultades que Remedios ha tenido que afrontar, por ser mujer y joven. Aunque tiene ayuda, ella es la titular de la explotación: es la jefa.

“Yo siempre digo que por ser mujer y ser joven no se es menos profesional. Y muchas veces sí que la gente lo duda y han intentado dirigirse a un hombre si yo estaba acompañada. Cuestionarse si de verdad soy yo la que trabaja y lleva mis animales”. “Tienes que demostrar más de lo que a cualquier hombre se le presupone. Demostrar que de verdad valgo, que llevo los animales y que las mujeres podemos hacer este trabajo, por supuesto que sí”.

“Cuando se fue a Polonia, yo no esperaba que volviera. Nadie lo esperaba. Porque de los que se van, muchos no vuelven”. El padre de Remedios recuerda que a ella le gustaban los animales desde pequeña, pero después de invertir tanto esfuerzo en los estudios, le sorprendió que decidiera dejarlo todo para dedicarse a esto.

“Algunas veces me he planteado cómo hubiesen sido las cosas si hubiese aceptado aquella oferta de trabajo que tuve en Polonia. Pero luego realmente lo pienso y probablemente mi vida hubiese sido más fácil, pero no más feliz”.

Desde Estepa, junto a Rosario, planea una vida en común, con las cabras y con los hijos que esperan tener.

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